Plaza de San Pedro

Plaza de San Pedro. Punto. Stop. ¿Qué más añadir? Nunca bastarán todas las palabras del mundo para describir la increíble emoción que se siente al cruzar la plaza más bonita del mundo. 

Cada paso trae consigo siglos de historia, arte y cultura. Cada paso para ser acogidos en un grande abrazo que conduce hacia la espléndida Basílica. Cada passo para sentiros en perfecta harmonía con todo lo que os rodea. Cada paso para comprender la grandeza y al mismo tiempo surrealismo de este lugar mágico.

Hablar sobre la Plaza de San Pedro no es en absoluto tarea fácil. Sin ninguna intención de ser exhaustivos, intentaremos haceros respirarar un poco su atmósfera pero sobre todo haceros venir ganas de visitarla en primera persona.

La plaza es un auténtica obra maestra de la arquitectura nacida del genio de Gian Lorenzo Bernini: una grande elipsis de 240 metros que con su columnata abraza simbólicamente a todos los fieles.

En el centro de la plaza se erige el Obelisco Vaticano, realizado en granito rojo y que descata con sus 25 metros, sujeto en la base por cuatro leones de bronce. Llevado a cabo en Egipto por orden de los romanos, el obelisco se puede considerar como una falsificación de hace 2000 años.

Posteriormente Calígula lo hizo llevar a Roma y colocarlo primero en el Circo de Nerón y después en el lado de la antigua Basílica de San Pedro. En 1586 el Papa Sixto V lo hizo transportar al centro de la plaza en su ubicación actual.

Una curiosa anécdota cuenta que durante la colosal operación, que empleó a 900 obreros y 75 caballos, a pesar de la orden de guardar silencio absoluto, un marinero genovés se dió cuenta de que algunas cuerdas estaban cediendo y rompió el silencio, gritando "Acqua alle funi!" (¡Mojad las cuerdas!), salvando así el obelisco que amenazaba con caer. ¡Se trata del único obelisco de Roma que no se ha caído nunca!

Acceder a la Plaza de San Pedro desde el Viale della Conciliazione, regala una vista ¡totalmente increíble!  Una vez en el interior de la plaza, intentad colocaros al lado de las dos fuentes, correspondientes a los dos focos de la elipsis, para daros cuenta de la increible vista proyectada de Bernini.

La plaza, todavía hoy, esconde un halo de misterio. Mientras el arquitecto sostenía que la forma elíptica servía para representar la "Madre Iglesia que abrazaba a todos los católicos para confirmar su fe", existen muchas pruebas que sugieren que Bernini estaba influenciado por la teoría heliocéntrica entonces considerada herética por la misma Iglesia. Además, en el centro de la plaza helíptica se encuentra el ya mencionado obelisco egipcio que originalmente se encontraba en Heliópolis, la "Ciudad del Sol" del mundo antiguo.

Os revelamos un pequeño secreto... justo al lado del obelisco, desde una piedra situada sobre el pavimento de la plaza se tiene como la impresión de ve runa sola fila de columnas envez de cuatro, puesto que éstas se encuentran perfectamente alineadas. ¡Provad para creer!

La plaza entera mide alrededor de 240 metros mientras que la elipsis tiene un arco de 240 metros de anchura. La elipsis está parcialmente cerrada e ambos lados por columnadas formadas por 284 columnas y 88 pilastros. Sobre las balaustradas encima de cada columnada se apoyan un total 140 estatuas que representan a diversos santos católicos. Para acabar, en la base de la grande escalinata que conduce a la Basílica se encuentran las dos grandes estatuas de San Pedro y San Pablo representados en el acto de saludar a los fieles.

La plaza es un punto de encuentro no sólo para miles de fieles de todo el mundo y como es sabido se encuentra en el interior de la Ciudad del Vaticano en la frontera con el Estado Italiano. Los accesos principales se encuentran en Via di Porta Angelica y Via della Conciliazione.

Son muchos los fieles que se reúnen el domingo al mediodía para asistir al Angelus Domini y recibir la bendición del Papa asomado por la ventana de su estudio. Cada miércoles, por el contrario, tiene lugar la audiencia general durante la cual se puede ver al Santo Padre dar vueltas con su Papa-móvil entre la alegre multitud.

La Plaza de San Pedro es un lugar absolutamente extraordinario y vivo, escenario de importantes eventos históricos. Siempre a rebosar de turistas, fieles, hombres de negocios, comerciantes o simples transeúntes, la plaza es un auténtico cruce en el que se encuentran y abrazan culturas y etnias provenientes de las partes más disparatadas del mundo. El hecho de pertenecer a la religión católica o no, no importa: visitar la Plaza de San Pedro es una experiencia que no olvidaréis nunca.

Nosotros hemos intentado hablaros sobre la plaza lo mejor posible, ahora es vuestro turno para dar el primer paso en la plaza eterna.

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