Civita di Bagnoregio: cómo llegar y qué ver

Civita di Bagnoregio es un lugar mágico, surreal, fantástico, situado en la cumbre de una montaña de toba y al que sólo se puede llegar a través de un estrecho puente peatonal desde el que se puede disfrutar de uno de los panoramas más espectaculares de todo el Lacio.

Apodada la ciudad que muere, a causa de la constante erosión de las rocas de toba sobre las que se encuentra, esta ciudadela a medio camino entre Orvieto y el lago de Bolsena tiene orígenes etruscos y medievales. Suspendida en el tiempo y en el espacio, Civita di Bagnoregio es sin duda uno de los burgos italianos más bellos y característicos.

Durante los días de niebla, esta increíble ciudad parece estar literalmente suspendida en el vacío... ¿queréis descubrir más? ¡Seguídnos!

LA HISTORIA DE CIVITA DI BAGNOREGIO

Civita di Bagnoregio fue fundada originalmente por los etruscos ¡hace 2.500 años! En aquellos tiempos, la ciudad estaba formada sólo por una aglomeración urbana y en el lugar de la actual Civita se encontraba la acrópolis con los templos y el foro, centro de la vida civil y religiosa de la entera urbe, mientras que donde ahora se encuentra Bagnoregio surgía el poblado de Rota.

Ubicado entre el Río Chiaro y el Río Torbido, rodeado y protegido por el Valle de los Calanchi, este pequeño altoplano se encontraba en una posición absolutamente estratégica. Además, la presencia de la cercana desembocadura del río Tíber constituía una importante vía comercial y de comunicación.

Los mismos Etruscos ya sabían de la inestabilidad sísmica de esta área y construyeron algunas obras con el objetivo de protegerla de terremotos, desviando ríos y construyendo canales de desagüe para el correcto flujo del agua de la lluvia. Los romanos, a su vez, retomaron las obras pero después de ellos, éstas se abandonaron y el territorio sufrió un rápido degrado que llevó, al final, al abandono.

Para empeorar la situación, la colina de toba sobre la que se alza Civita está afectada en la base por una continua erosión provocada tanto por la acción de los dos torrentes como por la de la lluvio y el viento. Lenta e inexorablemente, Civita se está sta  disgregando y no es casualidad que el escritor Buenaventura Tecchi la definiera como "la ciudad que muere".

El maravilloso burgo de Civita di Bagnoregio es hoy un minúsculo centro donde parece que el tiempo se haya parado. Sólo se puede llegar sólo a pie, recorriendo un puente de cemento armado construído para los pocos habitantes que quedan y para los turistas que la visitan desde todo el mundo.

¿QUÉ VER EN CIVITA DI BAGNOREGIO?

Como ya hemos mencionado, para llegar al burgo de Civita hay que atravesar el puente suspendido de 300 metros que lo enlaza con Bagnoregio. Armáos con la cámara de fotos, porque a cada paso ¡os encontraréis ante un panorama impresionante!

Una vez superado el puente, el primer monumento importante que encontraréis es la Puerta San Maria, coronada por una pareja de leones que agarran dos cabezas humanas, símbolo de los tiranos derrotados por los habitantes de Bagnoreggio.

Más adelante, la calle San Maria se abre en la plaza principal, donde se puede admirare la iglesia románica de San Donato restaurada en el siglo XVI. Aquí se conservan obras realmente interesantes como el estupendo Crucifijo tallado del siglo XV de la escuela de Donatello, y un fresco de la escuela de Perugino.

Los edificios renacentistas de los Colesanti, de los Bocca y de los Alemanni se imponen en las callejuelas con las típicas casas bajas con balconcitos y escaleritas exterriores características de la arquitectura medieval.

Realmente no faltan cosas para hacer y ver aquí en Civita. Entre ellas, destacamos el pequeño Museo Antica Civitas, ubicado en el interior de una vivienda o la gruta de San Buenaventura, un antigua tumba a camera excavada en la pared a desplomo de toba que toma su nombre del Fraile Buenaventura de Bagnoregio (1217-1274) biógrafo de San Francisco de Asís.

Se cuenta que durante su estancia en Civita, San Francisco curó a un joven llamado Giovanni di Fidanza salvándolo de la muerte. La madre del chico prometió al Santo que cuando creciera, el hijo se convertiría en un  servidor de Dios. De ese modo, Giovanni se convirtió en Fraile Buenaventura de Bagnoregio.

Este sugestivo burgo regala un atmósfera realmente surreal e inolvidable. Intentad subir por la Roca Oriental para admirar el estupendo espectáculo de los "Ponticelli", los enormes murallones de argila, última huella de un proceso erosivo iniciado hace miles de años migliaia y que aún dura.

Dentro del burgo hay algunos restaurantes, trattorias y bares y también bed & breakfast y tiendas de artesanía local.

Nuestro artículo acaba aquí. Sólo os queda leer ahora la información útil del fondo de la página para organizar cuestra visita lo mejor posible y como siempre... ¡buen viaje!