Necrópolis de Portus en Isola Sacra

En el interior de un triángulo de tierra, conocido en el pasado con el nombre de Isola Sacra (Isla sagrada), nace la antigua Necrópolis de Portus, sugestivo sitio arqueológico a pocos pasos del Aeropuerto de Fiumicino Leonardo Da Vinci.

La isla, bañada al sur-este por el río Tíber, al norte por el canal de Fiumicino y al oeste por el mar Tirreno, en tiempos de los antiguos romanos se llamaba Insula Portuensis, pero en el siglo VI d.C., a causa de la fuerte presencia cristiana en el territorio, tomó el nombre apelativo de "Sagrada". 

La ciudad de Portus, alrededor del siglo I a.C. alcanzó un gran desarrollo y gracias, sobre todo, a la cercanía con el Puerto de Claudio substituyó gradualmente a la antigua ciudad de Ostia, como principal apoyo de las actividades marítimas.

La importante Via Flavia Severiana atravesaba la isla, comunicando la ciudad de Portus con la antigua ciudad de Ostia. Fueron los mismos habitantes de Portus quien construyeron la Necrópolis al lado del camino.

Los desbordamientos del Tíber y el consiguiente enarenamiento de la entera área han consentido la óptima conservación de las tumbas, caracterizadas por el color rojizo. 

La Necrópolis fue descubierta en 1925 después de la obra de saneamiento de Isola Sacra. Otras excavaciones realizadas en los años siguentes sacaron a la luz la necrópolis entera, que se extendía por 400 metros y compuesta por unos 150 sepulcros.

Los edificios están agrupados en pequeños conjuntos, separados por jardines, pequeñas plazas y callejones. La tipología más difundida es la de las Tumbas Familiares, compuestas por una grande habitación cuadrada, pero también es posible encontrar tumbas definidas más "pobres" diseminadas por toda el área.

Las tumbas servían para indicar la posición del difunto y de su familia en la sociedad y, por ese motivo, se encuentran al lado del camino y están decoradas con pinturas, mosaicos e inscripciones.

Sobre las fachadas de diferentes tumbas hay inscripciones y relieves en terracota que representan la profesión del difunto. Gracias a esta información sabemos que la necrópolis estaba destinada a la clase media compuesta por artesanos, tenderos y comerciantes.

En la tumba n.100 aparecen, por ejemplo, a los lados de la puerta, el cirujano Marco Ulpio Amerimno concentrado en la pierna de un paciente, y la comadrona Scribonia Attice, agachada sobre una mujer parturienta. Además, se encuentran mosaicos que describen las actividades de aguadores, herreros y segadores. Tratándose de una ciudad marinera, abundan las referencias a las profesiones marineras. El mosaico de la tumba n.43 representa un faro con dos barcos con una significativa inscripción en griego antiguo que dice: "Aquí terminan todos los esfuerzos".

La necrópolis de Portus está increíblemente bien conservada. Una ciudad de los muertos capaz de sobrevivir a la ciudad de los vivos, y que hasta hoy, nos regala una sugestiva demostración de la relación entre los antiguos romanos y el más allá. 

Este artículo y vuestra visita terminan aquí. Pero si tenéis aún tiempo, en los alrededores se encuentran las ruinas del Antiguo Puerto de Trajano, la Basílica de San Hipólito dentro del complejo de el Episcopio de Porto y, para los amantes de la naturaleza, la graciosa Oasis de Portus que da al pequeño Lago Trajano.

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