La Iglesia de San Francisco

Imaginarse el perfil de Gaeta sin la imponente silueta gótica de la Iglesia de San Francisco, con la célebre Estatua de la Religión y su monumental escalinata es prácticamente imposible.

Para llegar a ella se tiene que atravesar un camino en subida que serpentea desde el centro histórico, pero una vez lleguéis, vuestros esfuerzos se verán ampliamente recompensados por el panorama impresionante sobre todo el golfo de Gaeta.

La Iglesia de San Francisco es un símbolo absoluto de la ciudad, un gran patrimonio artístico del que estamos seguros os enamoraréis ¡a primera vista!

UN POCO DE HISTORIA: DESDE LA FUNDACIÓN HASTA LA ÚLTIMA RESTAURACIÓN

En 1222, durante su estancia en Gaeta, Francisco de Asís fundó en la ladera del Monte Orlando un pequeño convento que en 1285, gracias a la fuerte devoción de los habitantes y a la financiación de Carlos II de Anjou y Fernando II de las Dos Sicilias, vio la construcción de un iglesia más grande en honor del Santo. A lo largo de los siglos el templo ha sufrido varios daños a los cuales han seguido siempre importantes intervenciones de restauración.

La primera de ellas tuvo lugar tras la invasión napoleónica durante la cual se requisó el convento y la iglesia cayó en ruinas. En 1854, por lo tanto, según diseño del arquitecto Giacomo Guarinelli empezó una intervención que se concluyó cuatro años más tarde. Guarinelli no hizo demoler la antigua iglesia, sino que conservó la estructura, revistiéndola, dentro y fuera, con decoraciones de estilo neogótico.

Dsde 1927 a 1992 la iglesia se dejó en manos de los Salesianos de San Juan Bosco quienes la restauraron y también fundaron en el antiguo convento el Oratorio Don Bosco. Aún en el 8 de setiembre de 1943, durante la segunda guerra mundial, una bomba dañó la fachada exterior del edificio haciendo que fueran necesarias nuevas intervenciones de restauración en los años 1951-1952.

Para acabar, durante el siglo XX la Iglesia de San Francisco, se restauró de nuevo entre 2004 y 2008.

QUÉ VER: ARTE Y ARQUITECTURA

La atmósfera que se respira en este lugar sagrado tiene algo mágico. Desde la plaza a la que se llega tras subir la escalinata, se presencia uno de los panoramas más bonitos de la costa. Parad un momento a admirar el espléndido panorama sobre la ciudad medieval con el golfo a lo lejos. Esta Este mirador hará las delicias de todos los apasionados de la fotografia... ¡ha llegado el momento de sacar vuestras cámaras reflex!

Enfrente de la iglesia, vigilando toda la ciudad, se encuentra la Estatua de la Religión, obra de Luigi Persico, representando a una mujer de pie sujetando una gran cruz entre sus manos.

En la fachada exterior a los lados del gran portal de mármol se ancuentran las estatuas de Carlos II de Anjou y Fernando II de Borbón, ambas obra del escultor Gennaro De Crescenzo. Sobre el tímpano, en cambio, se encuentra la Alegoría de la restauración del papado y sobre la cornisa, de izquierda a derecha, las estatuas que representan respectivamente a San Bernardo, San Ambrosio, San Francisco, San Agustín y San Tomás de Aquino.

El interior de la iglesia está compuesto por tres naves sin transepto, cubiertas por bóvedas de crucería y separadas entre ellas por dos filas de arcos apuntados. El conjunto, con las decoraciones de los techos y de las paredes, representa la quinta esencia del estilo gótico y neogótico.

Todo el ambiente es extremamente luminoso con las paredes ornadas con elementos decorativos de color claro y amplias cristaleras a través de las cuales se filtra la luz. A destacar, junto a los pilares, las grandes estatuas de yeso que representan los 12 Apóstoles con El Redentor y el pavimento de mármol con recuadros taraceados.

El altar mayor, diseñado por el mismo Guarinelli, está hecho de estuco finamente esculpido con una rica decoración arquitectónica neogótica en relieve.

Como todas las iglesias y catedrales góticas, también la Iglesia de San Francisco en Gaeta presenta una proyección vertical gracias al uso sistemático de arcos apuntados. Las formas son alargadas, ampliadas y el espacio resulta ilimitado provocando así una sensación de desconcierto al fiel que lo cruza. La luz representa uno de los elementos fundamentales del arte gótico y es símbol de la trascendencia divina. El interior de la iglesia, además, tras el último reciente trabajo de restauración, aparece aún más majestuoso e imponente.

¡No es casualidad que os haya recordado a la célebre catedral de Notre-Dame de París!

Este artículo termina aquí. Como siempre, para descubrir cómo llegar y cuando visitar esta auténtica joya arquitectónica ¡leed la casilla del final de la página!