Crecida de las cenizas de la gloriosa Cartago, Túnez es una ciudad rica en historia, misterio y encanto.

Antiguas ruinas, museos de inestimable valor, playas de arena blanca, mercados caóticos y coloridos, sabores especiados y té a la menta: ¡Túnez es esto y mucho más!

Llegar a esta ciudad mágica por mar es facilísimo, puesto que está conectada todo el año con el Puerto de Civitavecchia con ferris de Grimaldi LinesGNV (haz click aquí para conocer los días de salida y más detalles).

Pero, ¿cuáles son los principales lugares de interés de la ciudad? ¿Qué ver y qué visitar? Esta es la lista del top 10 imperdible con lo mejor de Túnez a sólo un click.

1. La Medina y el Suq (Mercado)

Nuestro top 10 no podía empezar más que con el famoso barrio de la Medina, la auténtica alma de la ciudad y la zona más antigua de Túnez que empezó a crecer a partir del 698 alrededor de la Mosquita de Al-Zaytuna.

Reconocido en 1979 como Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, este barrio laberíntico se articula en una espesa e intrincada red de callejuelas y callejones entre los que coexisten monumentos, edificios históricos, mosquitas y, obviamente, las características tiendas y negocios del Suq, el mercado central: alfombras, telas, objetos de cobre, plata, cerámica, oro ¡y mercancías de todo tipo!

Perdéos entre las tortuosas y confusas calles de la Medina, regatead con los mercaderes y paraos a degustar un té a la menta en uno de los muchos locales: volveréis atrás en el tiempo a una época perdidad entre edificios de una rara belleza, especias perfumadas y colores encendidos. Es un lugar mágico donde cada momento es imprevisto e impredecible...

La Medina de Túnez

La Medina de Túnez

2. La Mosquita de Al-Zaytouna

Otra parada imperdible de vuestro viaje a Túnez es sin duda la gran Mosquita de al-Zaytouna, uno de los lugares de culto más importantes del mundo musulmán. El edificio, construido con materiales provenientes de restos de la antigua Cartago, es realmente imponente y ocupa una superfície de 5000 metros cuadrados.

Una antigua leyenda narra que en el lugar donde hoy surge la mosquita, una vez había un oratorio y un olivo, motivo por el cual aún hoy en día se conoce como la Mosquita del Olivo.

El edificio está formado por un patio de mármol blanco rodeado por un porticado, un imponente sala de rezo y una biblioteca con algunas escuelas islámicas, llamadas madrazas y, obviamente, el bellísimo minarete, imposible no notarlo al subir la mirada hacia el cielo. La entrada se permite solo a los musulmanes y la única parte accesible es el jardín externo con el porticado (entrada 5 dinares, unos 2€).

En los alrededores de la Mosquita hay muchos mercaderes de alfombras que os invitarán a admirar el panorama más bonito de Túnex desde lo alto de una de las muchas terrazas del lugar; si lo creéis oportuno, podéis tratar el precio de esta visita especial y tendréis una foto recuerdo de la ciudad desde una perspectiva panorámica.

La Mosquita de al-Zaytouna vista desde lo alto con el minarete recortándose

La Mosquita de al-Zaytouna vista desde lo alto con el minarete recortándose

3. El Museo Nacionale del Bardo

Tras el brutal atentado del 18 de marzo de 2015, visitar el Museo del Bardo con la placa en la entrada que recoge el nombre de las 22 víctimas es sin duda una experiencia que no os dejará indiferentes, pero precisamente por ello creemos que es necesaria. Además de por el inmenso valor artistico del museo, que representa también una victoria de la cultura frente al miedo.

Albergado en la espléndida residencia del bey del siglo XIX, el museo, rodeado por un gran jardín, es un extraordinario ejemplo de arquitectura árabe-musulmana. En su interior se encuentra la más amplia colección de mosaicos romanos del mundo, con obras que van del siglo II a.C. al VII d.C.. No hay que perderse tampoco la colección de arte griego e islámico.

Para la visita del museo necesitaréis unas 2 horas y la entrada cuesta 11 dinares (5€). Os aconsejamos ir temprano por la mañana o al final de la tarde, para evitar la muchedumbre de turistas en las horas centrales.

Túnez - Museo del Bardo (detalle de los mosaicos del viaje de Ulises)

Túnez - Museo del Bardo (detalle de los mosaicos del viaje de Ulises)

4. La Catedral de San Vicente de Paúl

Por supuesto, merece una visita la preciosa Catedral de San Vicente de Paúl, sede de la comunidad Cristiana tunecina. Situada a las puertas de la Medina, esta iglesia se distingue por el imponente estilo románico-bizantino y por las dos torres campanarias sobre las que destacan las cúpulas de estilo arabesco.

El mármol con el que está realizada la estructura proviene de la mina de Djebel-oust, puesta de nuevo en funcionamiento a propósito para esta obra. Se entra a través de un portal con tres arcos coronados por un rosetón con una gran cruz.

En el interior de la catedral veréis algunos grandes frescos. Las obras se realizaron en 1930 y representan mártires cristianos de África, entre los cuales veréis, en el área central a San Cipriano y San Agustín con hábitos obispales en el acto de bendecir, mientras que al fondo del coro veréis la estatua de Nuestra Señora de Cartago.

Túnez - Catedral de San Vicente de Paúl

Túnez - Catedral de San Vicente de Paúl

5. Plaza de la Kasbah

Cerca de la salida oeste de la Medina os rencontraréis ante a esta gran plaza, corazón político de la ciudad y lugar de nacimiento de la primavera árabe, se encuentra frente a la Place du Gouvermement.

Restructurada en 1988, con un estilo moderno respecto a las viejas casas de la Kasbah, en esta gran plaza, además del futurístico Monumento a la Patria, se encuentra también el Hospital Aziza Ottmana y el College Sadiki (la ex madraza).

Es el lugar donde nació la primavera árabe y la revolución de los jazmines, con el edificio del Ayuntamiento y la Mosquita Kasbah al fondo la reconoceréis por el sugestivo ondeo de las rojas banderas tunecinas en el centro de la plaza.

Túnez - Plaza de la Kashba

Túnez - Plaza de la Kashba

6. El Parque del Belvedere

Para tomarse un pequeño descando del tráfico del centro os aconsejamos visitar el Parque del Belvedere, situado en el punto más elevado de la ciudad, desde el que se goza de una bellísima vista al mar.

El parque es el lugar ideal para un largo paseo y para respirar un poco de aire fresco, sumergidos en el verde. Alberga también el Zoo de la ciudad, cerca de la orilla de un pequeño laguito, el Museo de Arte Contemporáneo y dos pequeños teatros al aire libre.

¡Lo aconsejamos sobre todo a familias que viajen con niños!

Túnez - Parque del Belvedere

Túnez - Parque del Belvedere

7. El Museo Nacional Arqueológico de Cartago

Fundada en el siglo IX a.C., Cartago fue una de las más importantes metrópolis del mundo antiguo: destruida en el 146 a.C. por los Romanos y después reconstruida gradualmente por los mismos, hoy se presenta como un elegante suburbio residencial al nordeste de Túnez.

Los restos de la antigua ciudad están dispersos en varios puntos, pero el núcleo sin duda más interesante es el museo arqueológico, que se encuentra en la colina de la Byrsa, desde lo alto de la cual se puede admirar un bellísimo panorama del mar.

El Museo de Cartago, abierto todos los días desde las 8:30 hasta las 17:30 (invierno) y desde las 8:30 hasta las 19:00 (verano), es uno de los principales museos arqueológicos de Túnez y conserva importantes colecciones pertenecientes a tres periodos históricos: fenicio-púnico, romano y afro-árabe musulmán.

Entre las obras más importantes que no se pueden perder, está el célebre mosaico romano de la Dama de Cartago de época tardoantigua, importantes máscaras funerarias embellecidas con perlas de vidrio y los sarcófagos de mármol "del sacerdote" y "de la sacerdotisa", que datan del siglo III a.C., encontrados en la necrópolis de los Rabs.

Antiguas ruina de Cartago (Túnez)

Antiguas ruina de Cartago (Túnez)

8. Sidi Bou Said

En la periferia al norte de Cartago, a unos 20 km de Túnez, se encuentra la aldea de Sidi Bou Said, que con sus características casas blancas y azules se conoce también como "El Paraíso Blanco y Azul".

Este pequeño pueblo que se asoma al Mediterráneo, debe su nombre a Bou Said Khalaf el Beji, que se retiró allí en oración hacia principios del siglo XIII, donde permaneció durante toda su vida. A su muerte se edificó un Mausoleo en su honor que convirtió la aldea en un lugar de peregrinación.

Elpueblo es una auténtica atracción para turistas de todo el mundo que vienen aquí a pasear entre las callecitas adoquinadas y para relajarse sorbiendo un tradicional té a la menta y piñones en el Café des Nattes, local amado por el pintor Paul Klee y punto de encuentro de numerosos artistas y bohemios que buscaban un rifugio de la caótica Túnez.

Sidi Bou Said - Túnez

Sidi Bou Said - Túnez

9. Túnez: las mejores playas

¿Cómo podrían llamarse vacaciones sin un poco de playa? Túnez en este aspecto no tiene nada que envidiar a ningún otro país y vanta una innumerable cantidad de playas bellísimas que la convierten en un destino privilegiado para todos los amantes del mar y del sol.

Los destinos más buscados de Túnez son sin duda las playas de la isla de Djerba o las costas de Hammamet, pero también cerca de la capital se pueden encontrar lugares interesantes como la Marsa con su larga playa, la ya citada Sidi Bou Said, o también Korbous con sus termas y panoramas impresionantes, El Haouaria con sus aguas profundas y las características grutas romanas o Bizerte con el sugestivo viejo puerto.

Túnez: panorámica de la playa de la Marsa

Túnez: panorámica de la playa de la Marsa

10. Túnez: qué comer y beber

Túnez es famosa también por su cocina picante y especiada y por algunas especialidades que ya se han internacionalizado: por ejemplo, el couscous, servido con carne, pescado o verduras es sin duda el plato tunecino más famoso del mundo.

Entre otros platos, también queremos aconsejar la Ojja, una sopa de huevo revuelto condimentada con harissa (salsa de guindilla), ajo, pimientos dulces, que a menudo se sirve para comer, y el Lablabi, simple sopa con pan zuppa con pane duro, garbanzos, tomates secos y la imprescindible harisssa.

En cambio, el plato tradicional bereber más conocido es el Tajín, o sea una gran tortilla con espinacas, carnes o pollo y una mezcla de especias. Durante vuestras comidas nunca faltarán en la mesa olivas, nueces y fruta de temporada y, obviamente, los exquisitos dátiles tunecinos.

Al final de la comida es habitual servir dulces como la Samsa y la Halva acompañados de té, pero no faltan tampoco los excelentes helados de pistacho; entre las especialidades imperdibles está también la Djamilah, una torta con almendras, nueces y miel, servida con una cobertura de azúcar.

Para acabar, os recordamos que en Túnez el consumo de alcohol es limitado, pero es posible encontrar vino, cerveza y licores en muchos restaurantes y supermercados. En cambio, por lo que respecta al agua, para evitar sorpresas desagradables, os aconsejamos consumir exclusivamente agua mineral embotellada.

Túnez: couscous y otros platos tradicionales

Túnez: couscous y otros platos tradicionales

¡Buen viaje y buenas vacaciones!

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