Montalto di Castro: descubriendo el centro histórico

A mitad de camino entre Tarquinia y Capalbio, se encuentra Montalto di Castro, enclavado entre las costas del mar Tirreno, las aguas del río Fiora y las espléndidas planas verdes de la Maremma Laziale.

El rico territorio de Montalto comprende la antigua ciudad etrusca de Vulci, de la que aún se pueden visitar los restos en el Parque Arqueológico, y el sugestivo centro histórico medieval que os decubriremos en este artículo… ¡seguidnos!

Un poco de historia

Cuenta la leyenda que Montalto di Castro fue fundada alrededor del siglo V d.C. por los habitates de la antigua ciudad costera de Gravisca, quienes, para huir de las incursiones de los Sarracenos se refugiaron en un pequño montículo del interior. De leyenda a historia hay un breve paso y en el 853 d.C. Montis Alti apareció por primera vez en una bula del Papa León IV en que se refleja que la ciudad pertenece a la Diécesis de Tuscania.

Durante la época medieval y el renacimiento, Montalto estuvo en disputa entre dos potentes familias, y algunas dejaron huellas aún hoy visibles. Una de estas dos familias eran los Orsini a quienes se debe la construcción del Castillo Guglielmi.

Desde 1535 Montalto di Castro entró en el Granducado de Castro bajo el control de la familia Farnese, que gobernó durante más de un siglo. En este período se construyó el Palazzo Funari con la fachada con falso almohadillado y las ventanas con arquitrabes.

En el siglo XVII la ciudad atravesó una fase de rápido declinio con el golpe final en 1649, cuando se vio implicada en las guerras de Castro, fue arrasada y su territorio volvió a manos del estado Pontifício.

Bajo la guía pontifíci se iniciaron una serie de importantes obras, como el puente sobre el río Fiora (Ponte del Diablo), bajo el que pasaba el acueducto por la Fontana de Mascherone y la construcción de un nuevo hospital en el Monasterio de San Sisto.

En 1778, el Papa Pío VI promovió también una serie de reformas importantes que mejoraron las condiciones de la ciudad afectada gravemente por las epidemias. A este periodo se debe la construcción de la Iglesia de S. Maria Assunta y de la Fontana delle Tre cannelle.

Para acabar, en 1871, Montalto entró a formar parte del Estado Italiano y el año siguiente el rey Víctor Emanuel II le concedió añadirse el nombre apelativo "di Castro". Desde entonces, se inició un lento pero progresivo desarrollo que ni siquiera los bandidos consiguieron parar.

Paseando por el centro histórico

Todo el centro histórico de Montis Altis es un testimonio del pasado medieval del pueblo:

pequeñas plazas, callejones, callejuelas coronadas por arcos y trozos de la muralles lo convierten en un lugar mágico y sugestivo donde es fácil perderse y encontrarse delante de rincones ¡siempre nuevos y sorprendentes!

Entre los edificios principales, destaca obviamente el Castillo Guglielmi que, con la torre cuadrangular recubierta de hiedra, se puede considerar el símbolo de la ciudad.

Aunque la leyenda atribuye su construcción Desiderio (siglo VIII), duque de Tuscia y después rey de los Longobardi, el edificio fue construido alrededor del siglo XV por los Orsini, sufriendo después, al largo de los años varias modificaciones y restructuraciones: entre ellas, el almenaje y la logia, cuya construcción acabó a principios del siglo XX.

El castillo tiene a un lado la muralla de la ciudad, de la que sigue la línia curba adquiriendo una forma convexa. Este lado constituye la parte más antigua de la fortaleza: en sus paredes, coronadas por almenajes güelfos, se pueden admirar numerosas aperturas de estilo renacentiesta y del siglo XIX. La otra ala del Castillo se construyó más tarde, en el siglo XVIII, toda de ladrillo.

Por una puerta en la parte norte de la muralla se accede a piazza Felice Guglielmi, dentro de la qual destaca la fachada neoclásica de Iglesia de Santa Croce.

El interior es de una única nave y sobre el altar se encuentra custodiado dentro de una urna de vidrio una preciada pintura que representa "La Madonna della Vittoria".

Recorriendo via Soldatelli se llega delante de la preciosa fachada del siglo XVIII de la Iglesia de Santa Maria Assunta.

El edificio muestra sobre el portal de travertino el escudo de Papa Pío VI Braschi, quien promovió su completa reconstrucción en 1783.

El interior, con una única nave, está decorado con interesantes pinturas de finales del siglo XVIII mientras en una urna en la derecha se conservan las relíquias de Quirino y Candido, los santos patrones de Montalto.

Para acabar, llegando a la plaza Giacomo Matteotti encontramos el Palazzo del Comune. La estructura, que nació como convento franciscano, se transformó posteriormente en fortaleza, también gracias a los Farnese y se encuentra dentro de la muralla.

El Teatro Lea Padovani

Desde piazza Giacomo Matteotti, atravesando via Aurelia Tarquinia en pocos minutos se llega al moderno Teatro Municipal Lea Padovani.

El teatro, inaugurado en 2012, parece un gran paralelepípedo de cemento armado, que evoca dos importantes símbolos de la ciudad, el antiguo Templo de Vulci, en la parte del hall y de la platea, y la moderna central termoeléctrica Alessandro Volta, en la torre escénica.

La torre escénica es especialmente algo fuera de lo común: construida en policarbonato, de día parece desaparecer y por la noche, en cambio, se ve iluminada creando un efecto muy sugestivo.

El teatro, que dispone de 400 asientos en platea y de una gran área al aire libre, está dedicado a Lea Padovani, importante actriz de teatro, cine y televisión que nació en Montalto en 1923, que trabajó con nombres importantes como Vittorio De Sica, Dino Risi, Peppino De Filippo, Totò y Aldo Fabrizi.

Fuera del centro histórico

Poco fuera del centro histórico, cerca de via Aurelia, se encuentran las fuentes del siglo XVIII de Tre Cannelle y del Mascherone, de las que ya hemos hablado.

La primera se realizó en 1775, tras la construcción del acueducto que llevaba el agua a la ciudad desde la Fuente del Tufo di Campomorto.

Con forma de trapezio y construida en travertino, está precedida por seis pilares y tres escalones; en la fachada, coronada por tres cúspides con esferas se puede observar, además de los tres caños de los que brota el agua, el escudo del Ayuntamiento y el epiírafe que testimonia su origen.

Para acabar, saliendo de la ciudad, por la carretera que lleva a Marina di Montalto vale la pena pararse en el complejo monumental de San Sisto, construido por los frares Agostinianos en el siglo XIII y transformado posteriormente en lazzaretto primero y en hospital después. Recientemente restaurado, parte del edifcio alberga  la Biblioteca y el archivo histórico municipal.

Montalto di Castro: ¿qué comer?

Tras un buen paseo, ya se sabe, entra un poco de apetito; pero no os preocupéis porque en Montalto di Castro y alrededores encontraréis la gustosa cocina de la Maremma.

Especialmente, no os podéis perder un plato a base del ingrediente típico de esta zona: el espárrago verde d Montalto di Castro.

Buenísimo y muy versátil, esta hortaliza se cultiva en todo el territorio de Montalto y presume también de un importante primato gastronómico: es el primer alimento italiano que obtuvo (en julio de 2013) un reconocimiento de calidad por parte de un organismo internacional (DNV).

No es casualidad que uno de los must de la temporada primaveral de Montalto di Castro sea la tradicional feria del espárrago, con entretenimiento, espectáculos y, obviamente, buena cocina.

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