Visitar la Iglesia de San Luís de los Franceses en Roma

Enclavada entre el Panteón y Piazza Navona, en el centro de Roma, se encuentra la pequeña Iglesia de San Luís de los Franceses, una auténtica joya del arte barroco, famosa por albergar importantes obras de arte como las 3 máximas obras maestras de Caravaggio.

La iglesia, que desde el 1589 es lugar de culto nacional de los franceses en Roma, es una parada imperdible de cualquier paseo que se precie, entre las calles del del centro histórico de Roma.

Un tesoro escondido que os dejará con la boca abierta... seguidnos y entremos juntos a descubrir esta joya!

San Luís de los Franceses: un poco de historia

La Iglesia de San Luís de los Franceses se construyó a partir del 1518 para acoger a la cada vez más numerosa comunidad francesa de Roma, que a finales del siglo XV contaba sólo con una capilla y un hospital dedicado a San Ludovico cerca de Sant'Andrea della Valle.

Gracias al impulso de Julio dei Medici (más tarde Papa Clemente VII) empezaron las obras para construir una nueva iglesia, que llevó a cabo Domenico Fontana siguiendo un proyecto de Giacomo Della Porta. Las obras acabaron el 8 de octubre de 1589 con la consacración de la Iglesia de San Luís de los Franceses. 

San Luís de los Franceses: arte

Desde el punto de vista artístico, la iglesia es una exaltación de Francia a través de la representación de sus santos y de sus grades personajes históricos, empezando por la fachada con las estatuas de Carlo Magno, San Luís, Santa Clotilde y San Juan de Valois.

El interior, dividido en tres naves con cinco capillas a cada lado y un rico coro central decorado con mármoles, es un auténtica exultación de arte barroco.

En la segunda capilla de la nave de la derecha se encuentra el fresco Historias de santa Cecília de Domenichino mientras que en el altar, hay una copia de Guido Reni de la Santa Cecília de Rafael.

La iglesia alberga también diversas tumbas ilustres, como la tumba de Pauline de Beaumont, mandada construir por su amante, François-René de Chateaubriand, y la tumba del cardinal François Joachin de Bernis, embajador de los reyes Luís XV y Luís XVI.

Para acabar, sobre el coro encima de la puerta de entrada se encuentra el precioso órgano de tubos, construido por Joseph Merklin en el 1881 y dotado de tres manuales de 56 notas y pedales de 30 notas con transmisión pneumática Barker: una auténtica joya.

Caravaggio y la Capilla Contarelli

Un capítulo a parte lo merece la célebre Capilla Contarelli donde se encuentra el trova il famoso tríptico de Caravaggio compuesto por El Martirio de San Mateo, La Vocación de San Mateo y San Mateo y el ángel.

El nombre de la capilla se debe al cardinal Mathieu Cointrel, italianizado en Contarelli, que encargó a Merisi los tres retablos del altar centrados en la figura de San Mateo.

No se puede más que quedar fascinados por la fuerza expresiva y por la belleza de estas obras, que representan un importante giro en el estilo del gran artista.

El Martirio de San Mateo es la primera tela realizada por Caravaggio para la capilla. Respecto al resto de composiciones resulta más sobrecargada con una maraña de cuerpos que recuerdan al manierismo mientras que los cuerpos desnudos son una clara derivación de Miguel Ángel.

En la escena el Santo es arrollado por un soldado etíope mandado por el rey Hirtacus para impedirle continuar con su obra de proselitismo mientras un ángel se asoma desde una nube para ofrecerle su mano, símbolo de martirio.

La multitud alrededor asiste horrorizada y, entre la gente se identifica a un hombre con barba y bigotes que podría ser el mismo Caravaggio.

Digno de señalar que la escena entera está rodeada de oscuridad: a partir de este momento Caravaggio usará siempre el fondo oscuro para sus obras.

En la Vocación de San Mateo, el motivo principal es el simbolismo del rayo de luz que proviene de una ventana escondida. Es la luz que Dios junto a las figuras de Jesús y de San Pedro se dirige hacia San Mateo.

En el momento de la llamada de Jesús, Mateo era un doganero, un recaudador de tasas y el encuentro con Jesús lo lleva a abandonar su vida para seguirlo. Caravaggio trasforma este episodio en una escena de sus tiempos con el ambiente que parece una taberna de la Roma de aquellos años.

Su pintura adquiere un carácter cada vez más dramático, hecha de luces y, sobretodo, sombras; un crudo realismo que nos recuerda que lo sagrado no tiene un lugar lejano en el tiempo y en el espacio, sino que siempre está presente entre nosotros.

San Mateo y el ángel fue realizado por Caravaggio en un segundo momento, pero la primera versión del cuadro fue rechazada por su excesivo realismo.

San Mateo está representado con el aspecto de un pueblerino casi analfabeto, a quien el ángel debe dirigir la mano para ayudarlo a escribir. De esta obra, perdida en Berlín durante la segunda guerra mundial, quedan solo copias fotográficas.

En la segunda versión del cuadro, en cambio, Mateo está representado también escribiendo su Evangelio con el ángel, que le da sugerencias. 

El Santo está descalzo, casi representando la tribial humanidad del hombre, que, a pesar de todo, es capaz de ser instrumento de la Palabra divina.

Hay que decir que para admirar el tríptico en todo su esplendor es necesario inserir en una urna una moneda de 1 euro que enciende la iluminación de toda la capilla: ¡un precio claramente irrisorio para disfrutar de un espectáculo único de absolutas obras maestras!

¡Estamos más que seguros que tras haberlo hecho, tendréis ganas de insertar más de una moneda!

¿Te gusta Caravaggio? Lee también el itinerario: CÓMO VER CARAVAGGIO EN ROMA GRATIS

Para más información sobre cómo llegar a la Iglesia de San Luís de los Franceses, horarios y contactos, leed el recuadro al fondo de la página.