Los tesoros escondidos de la Dársena Romana en el Puerto de Civitavecchia
La historia de los principales hallazgos arqueológicos en la Dársena Romana del Puerto de Civitavecchia: la estatua de Neptuno, los epígrafes sepulcrales y mucho másEn este artículo, gracias a la preciosa contribución de la Doctora Roberta Galletta, autora del libro "La Dársena Romana - El Puerto de Civitavecchia", os contamos al detalle la historia de los hallazgos arqueológicos más relevante dentro de la Dársena Romana, entre los cuales se cuenta el famoso brazo de la estatua de Neptuno, hoy custodiado en los Museos Vaticanos.
La estatua de Neptuno en la Dársena Romana
Los innumerables restos recuperados dentro de la Dársena Romana, hablan sobre el esplendor imperial primero, el papal después a través de lo que queda de los grandes edificios romanos, del Ranacimiento y barrocos, y de los fragmentos de estatuas, frisos de mármol, inscripciones y monedas, hoy conservados en el Museo Nacional Arqueológico de Civitavecchia.
Sea como sea, el hallazgo que más curiosidad ha despertado entre los estudiosos locales es el brazo de bronze con tridente de una colosal estatua de Neptuno, encontrado en 1834 en las aguas de la Dársena Romana y hoy custodiado en los Museos Vaticanos.
Entre las hipótesis con más peso, se retiene que la estatua provenga de un templo pagano ubicado en la Dársena Romana o bien, como defiende el historiador Salvatore Bastianelli, de la antigua Iglesia de Santa María, hipótesis que se confirmaría por la costumbre de construir edificios de culto cristianos sobre edificios paganos.
Existe, sin embargo, también una tercera hipótesis basada sobre una interesante documentación pictórica y que ya se publicó en 1994 en el libro "Civitavecchia en la medalla pontifícia 1508- 1857" de Adelmo Covati, Adolfo Modesti y Ennio Brunori.
La hipótesis se esconde tras los frescos que adornan el Salón Sixtino de la Biblioteca Vaticana, realizados entre 1588 y 1589 por Cesare Nebbia, Paul Brill y Giovanni Guerra para celebrar la empresas públicas del Papa Sixto V.
En uno de estos frescos, la estatua está efectivamente representada en la parte final del acueducto edificado en el 1589 por el Pontífice, justo detrás de la Dársena Romana en el área cercana a la actual Piazza Calamatta, al lado de la monumental fuente conectada con el cercano acueducto en las antiguas murallas medievales de la Roca.
De ahí podría haber acabado en el espejo de agua de la Dársena Romana por una serie de circunstancias desconocidas para nosotros, para luego volverse a presentar con el hallazgo del brazo de bronce.
¡Pero hay más! Los autores citados sostienen que la estatua no se refiere a Neptuno, como atestiguan el brazo y el tridente encontrados, sino a Trajano y que se colocó al final del acueducto precisamente para marcar la continuidad histórica entre los fastos imperiales de Roma y las nuevas empresas de Sixto V.
Sólo futuros estudios en la Dársena Romana podrán revelar a quien fue dedicada realmente la estatua, cuyo posible encuentro abriría nuevos importantes escenarios para la historia de la ciudad.
Los otros hallazgos en la zona del Puerto de Civitavecchia
Otros restos provenientes de la zona del puerto se encuentran actualmente conservados en el Museo Nacional Arqueológico de Civitavecchia y están representados por algunas copias de cabezas de estatuas griegas, entre ellas una colosal divinidad femenina, las de Hermes y la de un tal Diadumeno di Policleto, todas del siglo I d.C. y que confirman la vitalidad del puerto y de la ciudad de Centumcellae desde los primeros años de su construcción.
La importancia del puerto com presidio naval también está recogida en numerosos epígrafes sepulcrales, recuperados en 1864 durante las obras para la construcción del centro penitenciario de Via Tarquinia. Los epígrafes se refieren a la presencia de classiari, los marineros de la flota romana, entre los siglo II y III d.C., cuando el puerto se usaba como escala para las armadas imperiales de Roma.
Le inscripcionen provienen de un cementerio ubicado en Prato del Turco, fuera del perímetro de la Dársena Romana, donde actualmente se encuentr la sede de la Policia Maritíma, y son la prueba de la presencia no solo de los marineros, sino también de una clase noble, deducible precisamente de las distinciones sociales grabadas sobre los epígrafes.
Estas inscripciones, además, nos facilitan importante información sobre la cantidad y tipo de embarcaciones, y su estancia en el puerto. Había las cuadrirremo Fortuna ye Po, las trirremo Danae, Nereide y Augusta, la liburna Diana del destacamento de la flota de Ravena, y la cuadrirremoi Dacia, las trirremo Castore, Esculapio, Salamina y Partica, la birremo Clemenza del destacamento de la flota de Miseno.
Muy probablemente ambos destacamentos se encontraban ubicados en la Dársena Romana, aunque algunos estudiosos sostienen que en el área de la Fortaleza Giulia (Fuerte Michelangelo) podían encontrarse el comando de la flotta y los oficiales marinos.
La presencia de un destacamento de la flota de Ravena y de Miseno dentro de la Dársena Romana es por tanto prueba tangibile del desarrollo militar de la ciudad de Centumcellae, que había asumido un valor militar, sobre todo por su posición estratégica en el mar Tirreno.
Una Basílica Cristiana fuera de la Dársena Romana
La antigua Centumcellae en seguida se interesó por el Cristianismo y de eso la prueba es la llegada a la ciudad del Papa Cornelio (251-253) por voluntad del Emperador Treboniano Gallo. Este suceso evidencia cúanto estaba arraigado en la ciudad el cristianismo en los primeros años y, sobre todo, una cierta tolerancia imperial incluso antes del edito de Costantino en el 313.
También el hallazgo de una basílica, quizás cristiana, de época tardo romana descrita por el historiador Pietro Manzi y por Salvatore Bastianelli bajo el muello de Vespucci, poco fuera del perímetro de la misma Dársena Romana, exactamente bajo el local del actual Bar Barbagia, podría confirmar la presencia de la sede episcopal fuera de la muralla.
De hecho, precisamente en esta zona, en el tramo enfrente de la central termoeléctrica de la empresa Enel de Fiumaretta se descubrió un cementerio cristiano no lejos de la necrópolis de los marineros de la flota romana de los Classiari en Prato del Turco.
Extraído de "La Dársena Romana - El Puerto de Civitavecchia" de Roberta Galletta.